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lunes, 19 de diciembre de 2011

"Huerta Vieja" y la comadreja

La mañana ha amanecido con una helada importante y pasadas las nueve de la mañana llegamos a la casa del Rondal.
La mancha que se caza hoy es "Huerta Vieja" y la propiedad tiene buenas expectativas. Las migas con chorizo y panceta (en las que se echa de menos un buen huevo frito) y la lumbre de las chimeneas de la casa nos hacen entrar el calor.
Se procede al sorteo y me toca en suerte el 1 de "El Cotillo". A priori me comentan que es un puesto bonito pero que al estar en la umbría voy a pasar fresquillo. A Juan le toca el 2 de la misma armada, así que vamos de vecinos.
(el puesto mirando hacia el de Juan)
La impresión al llegar al puesto es buena. Es una raya ni muy ancha ni muy limpia, pero con un par de trochas tomadas y al filo de unas lajas que hacen de pantalla, así que de bordearlas algún bicho, me tiene que pasar por obligación por la postura.
Nada más producirse la suelta se desata un tiroteo que más parece la guerra que una montería. Carreras y ladras se alternan con los ecos de los tiros lejanos que recorren las risqueras de la cuerda.
Avanza la montería y los perros se acercan a la raya. En mi misma traviesa pero en la parte de la solana no han cesado los lances pero Juan y yo que estamos en la umbría aún no hemos visto una res.  Delante de Juan varios perros ladran a parado y un gran macareno arranca dirección al puesto de Juan. Cuando debe estar a pocos metros de cruzar, un par de perros emiten un quejumbroso ladrido y cesa la carrera, parece que el cochino se ha dado la vuelta.
Cruzan los perros y nos cambiamos de lado. Escucho un animal aproximarse sigiloso y me preparo. Una corza salta a la raya y me pasa a escasos 8 metros sin verme. Un par de punteros le siguen la pista.
Al rato otro pequeño invitado salta a mi postura. La silueta de una nerviosa comadreja recorre las piedras de la raya. Parece desesperada por encontrar un refugio seguro en el que esquivar los perros.  Aunque va frenética de piedra a piedra al pasar junto a mí realiza un par de paradas en la que sobre sus patas posteriores y tomándose su tiempo estira su largo cuerpo con cara de sorpresa mirándome como analizando qué tipo de bicho era aquel que le miraba con cara interés.
Hasta el final de la montería nada más vuelve a cruzar por mi postura a parte de otra corcita. Juan en el 2, ha tenido un par de lances de los que no he podido ver el resultado.
(al fondo la solana donde se cobró un buen venao)

 Al final me cuenta que han sido dos ciervas de las que no se ha podido quedar con ninguna. En la casa la gente comenta sus suerte con desigual resultado. Por un lado los de la umbría que poco o nada han cobrado frente a los de la solana que comentaban la cantidad de reses que han roto a sus puestos y los lances acontecidos.
(uno de los dos buenos navajeros)
No se exactamente la cifra de las reses cobradas (pero había un plantel importante calculo que unas 40 reses) de las que cabía destacar dos magníficos navajeros,  uno de ellos de Alfredo (hermano de Juan) que este año está en racha.
(el de Alfredo)
Lo mejor de todo es que a la hora del cocido han llegado las niñas, y he disfrutado un ratito con la enana enseñándole los bichos y dándole bellotas a unos guarros mansos que tienen junto a la casa.


En resumen, un día de caza maravilloso aunque un vez más los resultados en piezas no hayan acompañado. Seguramente sea porque toda mi "suerte" esté concentrándose en forma de navajero el cual quizás se me presente en la siguiente montería...

A.U.L.C.

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