Vistas de página en total

sábado, 7 de diciembre de 2013

El de la suerte

En estas fechas prenavideñas en las que nos encontramos se habla mucho de la suerte. En el mundo de la caza también, pero normalmente se hace apelación a ella cuando esta no aparece, cuando los resultados son negativos o cuando el que estaba al lado tuyo es el agraciado...bueno pues esta vez me tocó a mí.

Que hay gente con "ombligo" no es discutible y que los hay gafados tampoco, yo ni una cosa ni otra, pero en temas de sorteos cinegéticos, seguramente estaría más cerca de lo segundo.
Hace unas semanas me había llamado Fernando para invitarme a montear a su casa a finales del pasado mes de Noviembre. Por supuesto acepté encantado y a la llegada del día en cuestión acudí con las sensaciones de los desayunos monteros...fresquito, hambre y el ánimo y la ilusión a tope.

Cuando me llamaron a sortear y me acerqué a la mesa junto a la chimenea donde reposaban todos los tarjetones con los puestos, se me pasó por la cabeza el típico pensamiento ilusionante...alguno de esos tiene premio, y como en la lotería...a alguien le tiene que tocar! En esos pensamientos estaba cuando Fernando me apremia a que coja uno mientras me dice:
 - Coge el de la suerte eh!!
Con decisión mi mano cogió el que quiso. "El 4 de la Manga". Al enseñarle el puesto a Fer lo que me dijo me gustó.
 - ¿Has traído el express? Pues llévatelo casi cargado al puesto!

Carlos era el postor de la armada así que me organicé con los coches mientras iban saliendo las armadas hasta que quedamos solos en la casa los de " la Manga". La finca es una preciosidad y nuestra armada era traviesa entre dos manchas de monte separados por una siembra de cereal en la que había mucho rastro de los cochinos a cada esquina. La cosa prometía y los comentarios de Carlos de los resultados de años anteriores hacían pensar que habría opción de que algún cochino se mostrase en nuestras posturas.
Los tres primeros puestos de la traviesa en nada se parecían al de Carlos y al mío, ya que los primeros estaban bordeando la siembra con un tiradero de película, y los nuestros se hallaban en un cortadero en pendiente que aunque había sido clareado haría difícil un tiro de un cochino a la carrera.

Siguiendo los consejos de Fernando antes de pestañear ya tenía el rifle cargado por si las moscas. Carlos me advirtió de la querencia natural de otros años y bajando a su puesto prosiguió deseándonos suerte.
El típico puesto de cortadero.
Para ir soltando los nervios alguna rutina recomendable. Lo primero cargar el rifle (está claro), lo segundo y para mi fundamental es hacerme un firme sólido, es decir, conseguir limpiar de piedras y plantas una pequeña superficie donde voy a estar de pie, nivelando el suelo si fuese necesario para estar bien aplomado y cómodo. Lo siguiente es imaginarme donde se pueden dar los lances, y ver si es necesario cortar alguna ramita o algo que a la postre pudiese molestar. Y una vez hecho todas estas cosas con el mayor de los silencios y celeridad, colocar el banquillo y a esperar acontecimientos con el oído en alerta máxima.

Aunque al sol se está de vicio, nunca falta ni el caldito ni los zahones
Tal vez llevase cinco minutos sentados disfrutando del sol en la cara cuando a lo lejos escuché los remolques de los perros soltando. Un par de tiros tempraneros disparaban las pulsaciones por encima de cien, y me hacían recordar donde estaba. Dos perrillos (por el tono del latido parecían de pequeña talla) se esmeraban con la primera ladra que aunque lejos se podía percibir que venía en nuestra dirección. Cesó el ladrido de los perros y pasados un par de minutos escuché al otro lado del cortadero varios animales que se acercaban. Adiviné a ver entre el lo espero a varios animales que me iban a salir al cortadero. Convencido de que serían corzos (que hay muchísimos en la finca) me levanté del banquillo para apuntarlos con el rifle pues había decidido tirar con alza, y para ir entrenando el encare. Mi sorpresa fue mayúscula al reconocer un guarro liderando a los animales. Venían trotando sin prisas pero sin intención de parar. El monte de chaparros y jaras me permitió ver que al menos venían cinco o seis en total, y rápidamente opté por tirar a la que lideraba la partida justo antes de salir al cortadero. Al tiro pegó una voltereta. En el instante en que "hubo confusión" y antes de salir arreando por donde venían solté el segundo pildorazo al que mejor veía. No sé lo que pasó porque casi simultáneamente estaba sacando las vainas y cogiendo del bolsillo dos nuevas balas mientras con el rabillo del ojo vigilaba al pelotón que amagaba por cruzar ahora por el lado izquierdo de la raya. Con el rifle de nuevo cargado busqué a uno entre las jaras y de nuevo tronó el rifle, mientras al cortadero saltaba un precioso ejemplar que echaba chispas con las pezuñas del poleo que llevaba. La segunda bala de la tanda se la llevó éste que acusó el tiro aunque siguió corriendo metiéndose en el monte.

Silencio.....

Cojo una gran bocanada de aire...
Dudo de si he llegado a respirar en estos 20 segundos... intento recapacitar, hacer recuento.
Bueno, al menos uno ha caído, el primero! Intento hacer memoria visual pero nada, parece que no haya sido capaz de retener nada!! jejeje Vaya locura!!!

Repasando estoy cuando delante mío veo un cochino tambaleándose dando vueltas en círculo. Apunto bien y le doy un tiro de gracia. Con las jaras no consigo ver si ha caído, pero el silencio posterior me hacen pensar que al menos ya son dos los se han quedado.

Madre mía!! Qué locura de lance!!! Las manos aún me tiemblan cuando intento sacar el teléfono para escribir a Fernando.
La tranquilidad va volviendo poco a poco y algunos tiros a lo lejos hacen que vuelva a serenarme. Estoy impresionado de cómo ha ido el lance. Ha sido la primera vez que he tirado con el rifle sin la mira (no tenía mucha confianza en tirar sin ésta) y ha sido increíble... Sin duda entiendo a la gente que dice que no es lo mismo tirar con visor o sin él.

Como decía un amigo: "la guerra"
Mediada la montería escucho varios animales que se acercan a mi postura y que terminan saliendo a la raya sigilosos...son corzos, pero cómo me ponen el corazón!!! 
Una de esas veces el animal que se aproxima al cortadero se detiene unos metros antes de salir. Aguanta la posición estático cerca de un minuto y de repente pega un bufido como un toro!!! De nuevo el corazón a mil, este no es otro corzo!! Un perro que venía siguiendo el rastro aparece en escena y estalla a correr en cuanto (supongo) divisa al cochino entre el monte. Ambos aparecen en cortadero como una exhalación apenas con algún metro de diferencia. Antes casi de apuntar el guarro está pegando volteretas en el cortadero. Se ve que dedo ha visto claro el momento de apretar el gatillo. El perro se echa encima de el con rabia y celo, mordiendo el animal que con afición ha ido persiguiendo hasta allí. Yo estoy que no me lo puedo creer...a este si que lo he fotografiado mentalmente, este si que lo he "disfrutado" 100%...
¡¡¡Qué pasada!!!
Me acerco a verlo pues a penas lo tengo a 25m, lo recojo y me lo llevo al puesto para poder disfrutarlo de cerca.

Detrás del morral se ve el "sitio" preparado para estar cómodo de pié
Cuando los perros van llegando a mi puesto escucho con alegría que el perrero grita "muerto" a sus perros para que dejen de morder a un cochino a mi espalda. Se trata del que tiré en cuarto lugar que acusó el tiro y que estaba muerto a medio centenar de metros del cortadero. Con ayuda del perrero lo sacamos al puesto. Se trata también de una hembra pero esta es de un tamaño y pelaje que bien podría pasar por un macareno. Le comento al perrero mi suerte y me ayuda a buscar al cochino que rematé con un tiro. Con los perros no tardamos en encontrarlo. Buscamos al posible segundo (al que tiré en el momento de confusión) pero no encontramos nada, así que agradeciendo su ayuda supongo fallado el segundo y por tanto cuento con tres cobrados de los cinco tirados, faltando por cobrar el primero que maté en el filo del cortadero.

Un par de ladras más me vuelven a poner en alerta pero de nuevo se trata de corzas. Se termina la montería y me acerco a por el que me faltaba. Feliz estaba arrastrándolo hacia la raya cuando casi me tropiezo con otro guarro!! Los cinco qué barbaridad!!! Pues por lo visto no se ha ido ninguno!!! Ver para creer...
Un puesto inolvidable
Carlos llega a mi puesto felicitándome por lo conseguido. "Si ya te lo había dicho!" Me repetía. Y no lo decía por decir pues hace un par de años conseguía resultados idénticos en el puesto, en el que hoy no había tenido suerte y sólo había conseguido ver los dos cochinos que habían pasado entre ambos.

Ya en la casa disfrutaba de un agradable guiso con una sensación mezcla de euforia y apuro, pues los resultados de la montería no eran los que se pensaban habiéndose cobrado nueve cochinos a destacar un magnífico macareno que cogieron los perros, y que por suerte a pesar de las navajas que portaba no montó ningún desaguisado entre los perros que le sujetaron.


Como decía al principio del post y hablando de lotería, a alguien le tiene que tocar...y me tocó a mí. Un día memorable, que por muchos días que pase en el campo seguramente no repita, rodeado además de amigos y en un ambiente que dificilmente se pueda mejorar...

¡Muchas gracias Fer!
           A.U.L.C.

domingo, 6 de octubre de 2013

UNO SABE LO QUE QUIERE...(Por N.R.G)

La esperanza es lo último que se pierde o en cuanto menos te lo esperas salta la liebre. Estos dichos son muy comunes en mí como optimista nato que soy y los utilizo muy asiduamente para auto convencerme de que aún siendo las posibilidades muy remotas, sigue habiendo posibilidades.
 
Bien, esta es una de esas veces en las que, cuando parece que “todo el pescado está vendido”, tienes un golpe de suerte. Hace varias semanas estaba planeando realizar una fiestecilla en casa con motivo de mi cumpleaños. Me encontraba haciendo la lista de invitados y las cosas que había que comprar cuando sonó el móvil. Mi padre (a dos semanas de mi cumpleaños y a punto de empezar la berrea y la ronca… esto olía a pólvora!) En efecto, ahí me dejaba la invitación para bajar a casa para intentar cazar algún venado o gamo, así que, cosas de la vida, cancelar fiesta, cancelar listas y coger billete.
Resulta verdaderamente sorprendente la facilidad a la hora de tomar decisiones cuando uno sabe lo que realmente quiere.

En fin, allí me planto un viernes 20 de septiembre por la noche con la intención de cazar el sábado entero y el domingo por la mañana. Por lo visto, la berrea comenzaba a ser buena y ya se oían algunos gamos roncar, las expectativas no podían ser mejores, no obstante, al mirar el parte meteorológico para el fin de semana tuve que bajarme de la nube al ver que pronosticaban viento de levante entre 18 y 25 nudos con unas temperaturas de unos 27ºC, ole, ole y ole, ahora sí que sí, me vuelvo bolo para Madrid.

El sábado entero resultó tal y como rezaban las predicciones, nefastas para avistar posibles piezas, mucho viento acompañado de calor por lo que únicamente pudimos avistar hembras y algún gamo al que por su juventud no podíamos darle el pasaporte. Por la noche, consciente de que al día siguiente las condiciones meteorológicas iban a ser igual o peores, barajé la posibilidad de renunciar a cazar y aprovechar la mañana en otra de mis pasiones, la pesca submarina, pero al final el campo le pudo al mar así que le dije a mi padre que el día siguiente íbamos al campo y me propuso que está vez fuésemos por una zona más frondosa en la que el levante no se notaría tanto por lo que las posibilidades de avistar algo no se antojaban tan remotas.

Decidido el plan y tras una suculenta cena, cortesía de mi madre, unos regalos para celebrar el cumple y un cumpleaños feliz cantado como Dios manda, nos fuimos a descansar ya que en pocas horas había que estar en pié. Domingo 22 de septiembre, suena el despertador, salto de la cama y abro la ventana para ver si había amainado el levante (al menos en el Puerto) en ese momento vuelan todos los papeles de mi mesa, mal asunto; en fin, no vamos a desesperar antes de tiempo ya que quedan varias horas por delante y hay posibilidades de que el viento se calme ya sea por mis plegarias o por ciencia infusa (hay que agarrarse a un clavo ardiendo).

Llegamos al campo y el tiempo no había mejorado, esta vez mi padre me acompañaba ya que esa zona se la conocía bastante mejor que yo. Al entrar en el monte apreciamos que el sonido y la fuerza del viento mermaban considerablemente. A los quince minutos de empezar a caminar levantamos dos gamas a apenas diez metros, lo que nos dio renovadas esperanzas ya que por el mismo precio podría haber sido un macho.

Avanzábamos con sumo cuidado y muy despacio debido a que el campo estaba muy seco y la hojarasca hacía demasiado ruido. Al llegar a un pequeño alto en el que se abrían varios claros entre un sinfín de alcornoques, escuchamos unos golpes que se asemejaban a los de una cuerna contra algún arbusto o encina, acto seguido dirigí la mirada a mi padre ya que muchas veces ves y oyes cosas que al final no resultan más que un pequeño mirlo buscando comida entre la hojarasca. Esta vez al ver la cara de mi padre me di cuenta de que mis suposiciones eran ciertas. Comenzamos la entrada al animal, avanzamos lentamente para no hacer ruido. El más mínimo chasquido podía dar al traste nuestra única oportunidad de la mañana. Transcurrieron unos quince interminables minutos avanzando entre la maleza hasta que, de repente, mi padre me hizo una señal, me eché el rifle a la cara y divisé la cuerna, un gamo! En segundos valoramos el trofeo, que no parecía “malote”. Resolvimos situarnos cerca de una pequeña encina que estaba a unos 15 metros y que nos serviría para obtener una mejor visión del terreno. Una vez allí seguíamos divisando la cuerna del gamo disipandos las pocas dudas que teníamos, era un buen ejemplar. Decidimos esperar unos minutos a ver si había suerte y en ese momento el gamo comenzó a caminar a paso tranquilo hacia un alcornoque cercano a unos 70 metros de distancia.


No me lo pensé. Encaré el Heym 300 WM y sin esperar que el animal se detuviese, disparé. El gamo ipso facto cayó sobre sus patas sin moverse; salí corriendo hacia el sitio donde yacía el gamo recién abatido que tanto se había hecho de rogar, hasta el último momento del fin de semana.

N.R.G.

sábado, 3 de agosto de 2013

Entre flechas y "Lanzas"

Una de las "costumbres" que gastamos en el coto es que cuando uno es capaz de retratar un corzo es quien le "bautiza". Así tenemos a SEVERIANO, EL BRONCO, BOLOVÁN, entre otros. Uno de ellos, "EL LANZAS" es el protagonista de este relato, bautizado así por un buen amigo y magnífico fotógrafo que de vez en cuando nos regala algún retrato de los candidatos que tenemos pululando por el coto.



Desde que el gusanillo del arco me picó de lleno hará casi dos años, he estado alternando rifle y arco en mis salidas tras los corzos, pero esta temporada decidí dejar el 270 en la funda pasase lo que pasase. La decisión ha acarreado cierto cachondeito entre los socios del coto. Comidilla que se acentuó tras mi lance con "JOSELITO" con fallo por mi parte...y tras mi segundo fallo a otro bonito corzo, el cachondeito fue general y dieron por "perdido" mi caso.
Pero yo sabia que antes o después alguno se tendría que equivocar, y aunque fuese por casualidad alguno se pondría donde "no debía".

El pasado viernes 26, subimos (desde el extremo sur de España) unos cuantos a intentar ver algún corcete en el celo. La misma tarde del viernes, tras 8h de coche elegí una de las sillas que tengo puestas en el coto, en donde hasta ahora no había podido ponerme. En el puesto hay una pequeña poza que aún mantenía algo de agua y me entretenía viendo entrar a beber toda clase de pajarillos incluso alguna ardilla. Distraido estaba con ellas cuando el crujido seco de una gran rama a mi derecha (casi por mi espalda) me dio un sobresalto.

De reojo y a cámara lenta adiviné la figura de un corzo que se peleaba con una rama de un pino tronchada que había en el suelo. Rápidísimo me incorporé levantando el respaldo del stand mejorando mi colocación sin hacer ni medio ruido. En cuanto el corzo salió de lo espeso lo reconocí de inmediato.
El LANZAS!! Los treinta y pocos metros que nos separaban no dejaban duda alguna. Es un corzo que como he comentado antes ya teníamos fichado y al que le calculábamos al menos dos años e incluso es posible que tres, y que portaba una cuerna pobre en longitud y puntas, lo que lo hacía un trofeo selectivo y que habría que "quitar" aunque habiendo trofeos preciosos a ver quien era en guapo que gastaba un precinto con este personaje!


Así que cuando vi que se acercaba al árbol donde estaba subido se me secó la garganta y se me dispararon las pulsaciones ante la posibilidad de finalizar el lance, lo que parecía inminente. El tronco de un pino a 30m además de darme la referencia de metros que previamente había cogido, me sirvió para abrir el arco en cuanto su cabeza se tapó mientras careaba hacia mi.

En cuanto se atraviese lo tiro...
Quince segundos, veinte... y el corzo no asoma por el otro lado del pino. Cuando pensaba destensar el arco el corzo da cuatro pasos y asoma por completo. Le tengo completamente de frente comiendo los brotes acercandose pasito a pasito....
Seguramente llevase cerca de un minuto con el arco abierto pero el corzo no se cuarteaba. Por la altura y la proximidad (menos de 25m) lo único que veía "a tiro" era la cruz del animal mientras comía...es decir imposible con el arco. Cuando llegó a los 15m algo raro notó y levantó la cabeza intentanto coger viento, momento en el que dudé si soltarle la flecha en un tiro a la desesperada al pecho.
¿100 segundos? No se cuánto tiempo llevaba el arco abierto sin duda la adrenaliza me estaba dando una dosis extra de fuerza pero las 65 libras estaban a punto ganarme el pulso...
Cuando voy a tirar el corzo arranca a paso firme y aún se me acerca más! Ya no aguanto... A cuatro metros del pie del pino en el que estaba le "lanzo un beso" (creo que si llego a silbar hubiese salido arreando de lo cerca que lo tenía) y funcionó. Paró alzando la vista con los ojos que se le salían de las órbitas mientras yo ya había soltado el latigazo.

FOCCC!!!
Todo fue a cámara rápida. La flecha le había entrado perfecta y le había atravesado entera, sin embargo debido al ángulo se frenó contra el suelo lo que hizo que se la llevara colgando por el otro lado mientras corría (sin mucho susto para mi sorpresa) unas decenas de metros antes de escuchar su caida en un apretón de monte que había a la espalda del puesto.

¡¡¡YIIIIIIIIIIIIIIIHHHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

No me lo podía creer, quería gritar, soltar todos los nervios que llevaba encerrados!!! Pero la prudencia me hizo aguantar en silencio allí arriba tiritando de los nervios mientras llamaba a María para contarle. No podía aguantar la espera y la luz caía por minutos, así que pasado un cuarto de hora me bajé con cuidado (seguía con tembleque de los nervios) a buscar la sangre en el  tiro. La zona era de pasto alto entre verde y seco, y el tiro lo tenía perfectamente marcado, pero la langre no aparecía. De modo que decidí acercarme a donde lo había escuchado desplomarse.
Tras cinco minutos de búsqueda sin encontrar nada de nada, ni siquiera sangre empezó a apoderarse de mi una sensación de ansiedad y nerviosismo, disipadas por la certeza de haber visto perfectamente el tiro bien colocado que llevaba. Vuelta a empezar una y otra vez desde el principio y ya apenas se veía. Saqué una linternilla del morral y continué con ésta buscando alguna gota de sangre que me llevara al LANZAS. Me tropecé con el.

La Rage de 100gr había hecho bien su trabajo y el LANZAS descansaba a escasos 50m del lugar del tiro. La flecha le había entrado por el codillo alto atravesándole uno de los pulmones, y haciendo sendos cortes a la enrtada y a la salida de la misma, no entiendo cómo no dió ni una gota de sangre??!!



Sensaciones encontradas, había cumplido el objetivo de la temporada, además haciendo una buena gestión ya que sin ser un buen trofeo era uno de los que había que "quitar" para que no padrease.


(la cuerna recta y afilada es la que le ha conferido ese apodo)
Los siguientes días lo intenté a rececho, viendo a partir de la tarde del sábado mucho celo, tanto que cada corza llevaba un novio a la zaga, y las carreras y persecuciones que antes solo había podido ver en video, eran un constante en cada salida.
En cada salida veía algún macho, de hecho estuve a punto de tirar uno bonito que levanté de la cama a menos de 40m, pero que despistado se me fue tapando trotineando tras su corza.

(el macho prometedor tumbado en un momento de descanso)
La última salida incluso "indulté" a un joven ejemplar al que tuve largo rato delante con su corza, y que incluso se tumbó a tomarse un descansito. Sin duda era un corzo mucho mayor que el LANZAS, pero este con un futuro prometedor.

Carlos, esa misma mañana cobró un corzo precioso. Lo que supuso la guinda para un fin de semana de corzos muy divertido entre amigos donde quien más y quien menos tuvo sus oportunidades.


A partir de ahora, no se que me acompañará en mis salidas al campo, si el Mannlicher o el PSE, perosi tuviera que apostar...Esto es un veneno!!!!


Hasta la próxima!!
A.U.L.C.

jueves, 20 de junio de 2013

"El corzo nocturno" (por Fernando Llanza)

Lo primero que tengo que escribir para poneros en situación es que en esta historia no habrá ningún “PUM” que haga eco a kilómetros de distancia, y que tanta ilusión produce en las monterías cuando lo escuchas en los puestos colindantes. En esta ocasión solo se escuchara un “PLOF” sonido que produce la flecha al impactar contra un animal, al que se oye masticar, respirar y casi hasta latir su corazón por la proximidad a la que se encuentra el que le quiere arrebatar la vida.
Llevo dos años y pico paseando el arco por el campo, y casi siempre he cazado en espera con él, porque recechar con arco me parece que solo está al alcance de unos pocos, entre los que no me encuentro por ahora. En estos dos años he conseguido cobrar algunos guarros, corzas y una gama, pero teniendo una finca en Guadalajara con bastante densidad corcera no conseguía hacerme con ningún corzo que de verdad valiera la pena. He tenido corzos jóvenes comiendo muy cerca, y el único grande lo tire el año pasado, pero tras rozarlo en una pata no conseguí cobrarlo. Por lo que cazar un corzo esta temporada 2013 era el gran desafío.
Pues bien el fin de semana del 15 de junio del 2013 puedo decir que los planetas se alinearon y que el milagro sucedió, de la forma que a continuación os escribo:

El viernes 14 invite a dos amigos a casa a realizar esperas con arco, Garnica al que le debo mucho, ya que fue él quien me hizo picarme en este mundillo y Arturo, otro gran cazador con arco, si no ahora, en breves ya que afición no le falta. Los deje en sus respectivos puestos y yo me puse a un corzo grande (calculo que plata) que tengo visto.
Pues bien este día no fue el importante, más bien fue la antesala, porque en mi espera me entro el corzo en cuestión, al que tengo muy visto en las trail cams o cámaras de vigilancia, a la última luz de la tarde. Casi hace que se me salga el corazón por la boca literalmente hablando. Cuando iba a soltar la flecha el corzo rehusó y se puso a trotar dándome el culo, lo que me impidió la suelta y me hizo enfadarme conmigo mismo por haber abierto precipitadamente el arco.
¡Torpe! Lo cuento porque me dio la experiencia suficiente para que al día siguiente, no cometiera el mismo error.
(foto del corzo del día anterior)
El sábado llegó otro gran amigo, Rodrigo, gran aficionado a las monterías y a los grandes verracos abulenses. Después de dejarlo en su puesto, decidí ponerme en una bola de sal donde las cámaras llevaban 3 años seguidos cogiendo un corzo...
¿Tres años seguidos? Sí tres años seguidos. La explicación es que este corzo era casi por completo un corzo nocturno, y solo una vez lo he conseguido captar de día con las cámaras de vigilancia, lo que le había proporcionado una calma que otros corzos con costumbres más diurnas no suelen tener.
(fotos del seguimiento del "corzo nocturno". Se aprecia que este año ya iba a menos) 

En toda la tarde no me entro nada de nada, y habíamos hablado de quitarnos en cuanto no se pudiera ver con la luz natural, esperando que a última hora en el puesto de Rodrigo algún marrano apareciera al maíz, o que diese la cara “mi corzo nocturno” dispuesto a intentar chupar algo de sal de ese palo que podía llegar a ser su perdición.

(bola de sal desde debajo de la encina a la que me subo)

A las 10:15 recibo un whats app de mi vecino de finca preguntándome si podía venir a cenar. Acto seguido escribí a Rodrigo para avisarle que nos tendríamos que quitar un cuarto de hora antes para no cenar demasiado tarde y le compensara así venir.
A las 10:25 con la luz únicamente del resplandor Vignau, mi vecino y compañero de correduras por la alcarria, me dice que está entrando por el carril de la finca, así que cojo los prismáticos para hacer el último barrido antes de quitarme del puesto. Cuál es mi sorpresa cuando una sombra aparece en medio del bálago.
Los gestos del corzo me resultaban familiares, más aún su cuerna casi negra. Aunque nunca lo había conseguido ver, gracias a las cámaras era como ver a un amigo íntimo. Lo reconocí al instante al mirar por los prismáticos y seguidamente los deje caer en mi pecho con los característicos síntomas de nerviosismo. ¿¡Ahora que hago!? Escribo otra vez a Vignau para que apague el coche y me espere unos minutos más (ya no sé si iba a ser demasiado oscuro), cosa que este acata sin rechistar, aunque no sé si en persona a lo mejor algún suspiro habría sacado.
Cuando vuelvo a mirar por los prismáticos a esos 70 metros veo que el corzo se ha movido. ¡Maldito chat! Hay que estar loco para ponerse a chatear con alguien con el corzo tan cerca…pero de detrás de un pino de la repoblación (a 30 metros del puesto donde me encontraba) vuelvo a ver la sombra del “nocturno”. La luz escaseaba pero era suficiente para verlo con los prismáticos y para realizar un tiro cercano. Sabiendo lo que me había pasado el día anterior intento serenarme e ilógicamente lo consigo.
¡Ya está aquí!, se acerca a la bola de sal que está situada a 24 metros de la encina en la que me encuentro. Dejo que se confié un minuto, no me iba a pasar lo mismo que con el grande del día anterior. Abro las 66 libras del arco con una facilidad que ni Sansón derribando pilares! Cuando lo tengo metido en el visor el corzo está lamiendo el palo, por lo que se encuentra tranquilo y bien colocado, le pongo el pin encima de la caja y suelto…. ¡Perfecto!
¡PLOFF!...me parece que se me ha ido un poco trasero, pero la sensación es buena!
Escribo a mis amigos contándoles lo ocurrido, bajo del árbol y al ver que la flecha no tiene toda la sangre que debería tener y que huele un poco a tripa decido que hasta que pasen unas horas no vamos a venir con el perro. El flechazo no era tan bueno como me había parecido.
Cenamos los tres que estábamos en casa acompañados de algún “zumo vitaminado”, riendo y haciendo bromas de todo lo ocurrido. Rodrigo, que siempre me critica por cazar con arco ya empieza a poner en duda tanto a mi perro como el cobro del animal. Así que pasadas tres horas eternas y después de la cena no aguantamos más, cojo a mi Jack russell, (mi ojito derecho) y al lio.
Nos bajamos del viejo Toyota que lleva más tiempo casi que yo en casa, le pongo la traílla al perro y nos lleva sin perder el rastro ni un segundo a lo que seguro es el corzo. Se nota en su actitud que está cerca y cuando menos lo esperamos, ahí está!! Tumbado a escasos 50 metros de donde lo he tirado, pero para nuestro asombro tiene la cabeza alta. Me echo para atrás sacando el cuchillo, no dejo que el perro lo muerda porque sé que a la mínima se levanta. Cuando estoy a menos de un metro creyendo que voy a poder meter el acero en su costado pega un brinco y sale corriendo de aquella manera. Lo persigo con el perro atado creyendo que puedo cogerlo, pero se mete en un inmenso jaral, no suelto al perro porque además de pequeño solo muerde a muerto (lo he comprobado con los guarros).
Mi cara a la vuelta es un poema…regreso con la cabeza gacha los 20 metros que he corrido detrás del animal haciendo el tonto. Mis amigos tienen unas caras parecidas a la mía. Mezcla de asombro y rabia por no haber esperado más tiempo a lo que sabíamos por las señales de la flecha, que no era un tiro limpio. Les pido que no digan nada, que mañana volveremos y que prefiero ni pensar en lo ocurrido, además no hay cosa que me guste menos que no poder terminar con la vida del animal con el menor sufrimiento. Poco se puede hacer hasta mañana con la luz del día…qué sentimientos más malos...
Como era de esperar no duermo ni diez minutos. Estoy en funcionamiento antes que el sol que a las 6:30, hace su aparición y despierto a mi querido padre, que se conoce cada mata de esta finca y le cuento lo ocurrido la noche anterior. Me dice que me acompaña, entre pestañeos de alguien que acaba de abrir los ojos. Rodrigo también viene, no así Vignau que se fue a su finca a las cuatro de la mañana después del bajón que nos produjo ver al corzo desaparecer en el monte.
Decidimos poner a Rodrigo con rifle en un camino que hay al otro lado del jaral por si el corzo siguiese con las mismas fuerzas que el día anterior. En estos casos cualquier precaución es poca. Vuelvo a sacar al jack russell del coche, y al contrario que la noche anterior iba frío como el hielo. Tengo confianza plena en él (se la ha ganado en estos dos últimos años), por lo que me empiezo a asustar. Nos vamos adentrando en el jaral y siempre el mismo sentimiento, hasta que no te metes no sabes lo grande que puede parecer el monte cuando vas buscando algo.
Buff… muchos pensamientos recorren mi mente, pero lo peor es el escalofrió de la gran posibilidad de no encontrar el animal por la tontería de no dejarlo enfriar como se merecía la ocasión y el flechazo trasero.

De repente mi fiel compañero cambia la expresión, sube el hocico como tantas otras veces cuando me ha cobrado los guarros y sale corriendo, pues lo acababa de soltar ya que entre tanta jara la traílla se engancha constantemente. Salgo corriendo detrás suyo y gritando a mi padre un “¡Ya lo lleva!”. Lo que veo es que a los 100 metros el perro se detiene y empieza a morder.
¡Lo ha vuelto a hacer! ¡Sin él no lo cobro! Que ilusión, mi padre llega contándome la escena porque al final él casi estaba más cerca que yo, le clavo el cuchillo porque se notaba que el corzo aunque no se movía estaba con un último aliento en el cuerpo. Ahora sí, perdón por la noche que te he hecho pasar, y gracias por la inmensa alegría que me has causado!!

Sin mi Padre y el perro no cobro el corzo (eso está claro), así que como podéis imaginar es tan suyo como mío. De este lance he aprendido varias cosas, pero una que seguro no se me olvida!!…hay que dejar enfriar los bichos por muchas ganas de cobrarlos que tengas, sobre todo cuando hay dudas si está bien colocado o no el tiro, aunque siempre es más fácil decirlo que hacerlo!
La sensación es la de haber conseguido un sueño. El corzo no tiene un gran trofeo, pero el color oscuro de la cuerna es precioso. Aunque no sea el más grande, lo compensa con lo viejo que es y los rosetones que tiene, lo que aporta un extra a su captura ya que seguro que ha dejado descendencia en el coto!

Gracias a los que compartís esta maravillosa afición conmigo. Os voy a contar muchas veces este lance, por adelantado os digo que me perdonéis!!

Hay lances, que como cazador, merecen ser contados más de una vez…y este, sin duda, es uno de ellos!!

F.LL.

Retomando las buenas costumbres

Si bien soy un tío despistado para algunas cosas, no para las cosas que me divierten, o eso al menos siempre dice mi madre! Así que el que lleve casi 5 meses sin escribir en el blog no ha sido por despiste, ni por olvidarme, lo cierto es que he estado muy liado.

Además es que tengo en el tintero muchas cosas pendientes de colgar (algunas levan escritas casi un año) referente a "taxidermia", y recetas y alguna crónica también cómo no!

Solo adelantaros que este año el rifle lo lleva en la funda desde que se terminó la general, y ahora es el arco el que me acompaña todas las salidas tras los corzos y también en los aguardos. Y aunque en esta temporada veo dificil gastar los precintos de corzo que tengo...es sin duda alguna la que mejor me lo estoy pasando!!

Llevo 11 salidas tras los corzos en las que se he tirado en una de cada dos aproximadamente...y en las demás no he querido tirar!! una verdadera pasada. Así que aunque me ponga al día y antes o después espero poder contaros como consegu2í cobrar tal corzo, lo que ya os adelanto es que otro arquero envenenado, Fernando Llanza, se me "ha adelantado" y está preparando una crónica de su captura que subiremos en los próximos días.



Hasta entonces!
A.U.L.C.

lunes, 21 de enero de 2013

"Coliflores con bechamel" : El Revuelco.

No es una receta de cocina esta entrada que comienzo! El por qué he querido titular así este post tiene su explicación:
El pasado mes de Diciembre, volvía a casa de Jaime a disfrutar de otro día de montería en El Revuelco. El agradable plan de llegada se repetía una vez más. Esta vez nos dieron para cenar unas coliflores con bechamel riquísimas, y comenté a Jaime que ese mismo día había soñado con que mataba un navajero y comía coliflores con bechamel. Las risas y el cachondeito general fueron la comidilla de la tertulia de la cena, a lo que yo insistía que al día siguiente veríamos si tenía razón o no!

El desayuno siempre se me pasa volando esperando el sorteo, pero además esta vez estuve echando una mano así que aún se me pasó más rápido el tiempo hasta que estaba subido en el coche camino de los puestos.
(vista del puesto hacia la izquierda)

(vista hacia la derecha)
Fui de últimos en colocarme, y mientras sacaba el rifle de la funda ya se escuchaban los primeros disparos en la mancha.
Mi puesto, el 1 del Peralejo, estaba cerca de la suelta, que se producía a mi espalda. Jaime, que lo tenía "en frente" a unos cientos de metros, me había avisado que cubriese la retaguardia ya que el año pasado se había colado un cochino al que no le habían podido tirar.

El puesto es precioso, situado en un camino con un cortadero con pastos a la espalda y un gran gargantón delante con un testero al otro lado a unos 150 metros. Además el día no puede ser mejor, de esos que parecen elegidos.

No pasa mucho rato hasta que escucho llegar los camiones con los perros. Desde la suelta los perros ya están latiendo. No quito ojo del monte a mi espalda y los zorzales que asustados me pasan por la cabeza no hacen si no tensionarme más. Una ruidosa carrera entre el monte acelera mis pulsaciones. Rápidamente un cochino salta a la raya algo más lejos de lo que lo esperaba (a unos 80m) cruza justo por el final de carril donde hace viso, así que decido no tirarlo conteniéndome las ganas. Sé va a meter en el gargantón, así que de seguir la misma trayectoria es posible que lo pueda ver en el testero de enfrente. 
Me muevo unos metros hacia mi derecha y efectivamente ahí lo veo subiendo aventajando unas decenas de metros a los perros más rápidos. El primer tiro se lo suelto mientras se tapa entre las copas de las encinas. El segundo más de lo mismo, pero esta vez no veo qué ha pasado pues el monte no me deja ver más. No se qué ha pasado, así que recargo y espero unos segundos hasta que llegan los perros. En ese momento me da un vuelco el corazón al comprobar que se produce un agarre. Le he enganchado!! Cada vez hay más perros, y el quejido de uno de ellos hace que coja el puñal y me apresure a su encuentro. Es una pendiente muy pronunciada, tanto la bajada como la subida, me asombra con que facilidad y velocidad se mueven estos duros moradores!!

Con la lengua fuera y entrando al cochino desde la parte alta de la pendiente me acerco a el. A un par de metros los perros me ven y se apartan dejándome solo!! Coño!! el cochino se encampana y hace ademán de venirse a por mi, por suerte está pegado bien y lo más que consigue es ponerme atacado mientras termino con su sufrimiento. Le hago unas fotos y me vuelvo al puesto resoplando pero con una sonrisa de oreja a oreja!!

Llegamos al tiempo los perreros y yo al puesto, donde les comento el lance y que me ha parecido que un perro iba pinchado en un costado. Cojo aire, me siento en el banquillo y disfruto del momento, qué pasada de lance!! 
No me da tiempo ni de asimilarlo, los perros que ya cazan el laderón de en frente emprenden una segunda ladra hacia mi izquierda. 
¡¡¡AHÍ VA EL VENAOOO!!! El perrero jalea a sus punteros que me están metiendo en venao a tiro. Ayudado por la horquilla le meto en el visor y le suelto el pildorazo. Nada, El venao sigue apareciendo y desapareciendo entre las altas jaras en su desenfrenada huida. Con el segundo tiro el venao pega un aparatoso volteretazo viéndole las patas traseras por encima de las jaras en su caída. Madre mía, que tacazo!! Vaya dos lances en apenas 15 minutos!!

Los perros pronto se vuelven para atrás con el arranque de otra ladra arroyo abajo. 
¡¡¡DINAMIIIITAAA!!! Los perreros voceaban al final del barranco al inicio de una nueva ladra. 

El resto de la montería fue un chorreo de tiros que no cesaban, pero ya no escuchaba los perros, ni hubo movimiento por mi postura. Jaime me avisó de que esperase que tendrían que recogerse los perros y habría posibilidad de que se moviese algo, pero no volvieron por mi barranco, y esperé que llegasen a recogerme y de la que estábamos nos fuimos a traernos al cochinos al remolque. El guarro, que no pasaría de los 65kg, nos dio su guerra para subirlo. Mas tarde hicimos lo mismo con el venadete, al que por cierto no había podido ni ver. 


Fuimos a recoger las últimas reses antes de llegar a la casa, donde la gente ya esperaba en la junta tras haber disfrutado de un buen guiso al que los que llegábamos estábamos deseosos de rendirle cuentas!!

Cuando aparecimos en la casa con el navajero, entre los que habíamos cenado juntos la noche anterior volvía de nuevo el cachondeito a cuenta de las coliflores!! Si ya os lo decía yo!! jejeje

A la junta llegaron 33 cochinos (cinco navajeros), 6 ciervas y un venao...el de un servidor!! En general la montería se dio bien, tirando casi todos los puestos, lo que confirmaba lo que nos había contado Jaime acerca del buen estado en que estaba la mancha, y eso que se quedaron muchos cochinos en el monte, ya que los perros no daban a basto!! Así que habrá que volver a comprobar si fueron muchos o pocos los que burlaron a los perros!!!
(los colmillos del navajero del post recién sacados)
Hasta entonces!
A.U.L.C.

jueves, 10 de enero de 2013

Zorzales, en todas sus modalidades.

Durante el pasado mes de Diciembre pude disfrutar de varias jornadas tras los zorzales, en los que obtuve distinto resultados practicando además todas las posibles modalidades de su caza con escopeta.

Al paso:
La primera toma de contacto con la de dos caños tras los zorzales fue cerca de Talavera. Jaime me llamó para comentarme un sitio donde poder hacer una tirada divertida, en donde había conseguido la semana anterior casi llegar al centenar cobrados. Así que el jefe (que andaba por los madriles) y yo nos fuimos a intentar hacer una tirada de mañana y volver como siempre apresurados a Madrid.


El paso era de entrada a un bonito olivar. Pronto nos dispusimos en los sitios elegidos mientras las primeras luces descubrían los olivos que nos rodeaban y los delatores "CHIIIP" nos hacían probar suerte con los primeros que entraban rápido entre las copas de los olivos.

Jaime y yo teníamos "un pique pendiente" desde la pasada temporada en donde le mojé la oreja, jejeje y los zorzales que descolgaba de las nubes no presagiaban un resultado a mi favor!!

No había muchos, pero con un entrar cansino íbamos pegando los tiros salteados, y poco a poco el número de zorzales en la percha iba aumentando  Sobre las 11h dimos por concluida la tirada y empezamos el cobro de aquellos que habían caído más alejados de los puestos. Seguían pasando mientras cobrábamos y tentados estuvimos de volver a ponernos...nunca parece buen momento para quitarse cuando te pones al paso.

Al final Jaime cobró 38 de los 43 que consiguió bajar, cobrando nosotros 30 de los 32 que conseguimos abatir. Parece imposible perder zorzales en un olivar limpio...y sin embargo te los dejas a los mismos pies del puesto como estén boca abajo!
(una percha que supere las dos docenas ya no se cobran con tanta facilidad)

En bucheos:
Nos juntamos unos cuantos y tras una tostada en El Cuervo, empezamos en el "Guijo chico". El campo estaba muy embarrado lo que hacía que entre zona y zona nos encontrásemos con algún problemilla en los carriles que no dejaba de ser por otro lado parte de los lances camperos que te encuentras en días así!

(foto de grupo en el momento del tapeo)

El día para mí tuvo un incentivo especial, ya que era el primer día que me llevaba de "morralera" mi hija mayor, Candela, que a falta de unos meses para cumplir los tres años, se portó como una jabata y aguantó media jornada como una autentica aficionada. No quiero que aborrezca el campo por llevármela demasiado pronto, pero lo cierto es que me lo pasé como un enano viendo cómo cobraba los zorzales que veía caer, y como los guardaba diciendo que eran para la cena! jejeje.

(la secretaria con su primer zorzal cobrado)
Los resultados estuvieron al nivel de las expectativas, y cobramos entre nueve escopetas 160 zorzales y una torcaz. Yo no estuve muy fino pero conseguí cobrar 16, con ayuda de la enana así que me volví a casa encantado. Una pena que no me pude quedar al guiso que había preparado Jeroma, que sin duda hubiese sido el colofón a un día de campo fantástico entre amigos.


Al Salto:
Los zorzales al salto son una modalidad que quizás sea la que más se está popularizando en los últimos años. Esto se debe principalmente a que es una cacería que es sencilla, no necesita de una orgánica específica, y permite hacer un aprovechamiento de los zorzales en aquellos sitios que por falta de concentración de éstos, o por no tener definidos los pasos donde tirarlos.

A mi es una modalidad que me encanta, claro está que es de todas en la que menor número de capturas se consigue, sin embargo permite trabajarse cada captura, cazar con el perro que si bien con este ave no tiene una función de levantamiento y muestra colabora en su cobro. No es raro además que la jornada de zorzales en mano te regale alguna sorpresa como el cobro de otras especies cinegéticas, como agachonas, becadas, o algún pato. Esta modalidad obtiene los resultados óptimos cuando son dos los cazadores, y llevando la mano a la par se cobran los zorzales que normalmente salen raseros hacia los laterales. Cuando un cazador efectúa algún disparo, inmediatamente es el segundo cazador el que entra en juego ya que de haber algún otro zorzal por la zona volará hacia éste asustado de los disparos del primero.

Volvíamos al Cubo Carletes, Jose (el Terry) y yo para ver si conseguíamos colgarnos en la percha algún zorzalillo. Empezamos por la prebalsa con la idea de tirar algún pato si los hubiere, pero no lo hicimos bien, y el bando de cucharas se nos escapó sin que ninguno pudiésemos tirarlos.

De los arroyos y pequeñas motillas de monte iban saliendo zorzales a nuestro paso. Lo que hacíamos es que turnándonos uno de los tres esperaba puesto al final de la zona a cazar para intentar de algún modo cubrir las posibles salidas de los pájaros. Carletes empezó con dos zorzales seguidos abatidos, de los que no cobramos ninguno...eso es otro inconveniente, la cobranza! Hay que salir sin demora y sin perder de vista el lugar donde lo hemos visto caer porque como nos despistemos es fácil que los perdamos.

Yo tuve un "puesto" donde eché el día. Empecé con un doblete al llegar al sitio y conseguí abatir hasta media docena más hasta que llegaron cazando a mi. Cuando les pedí ayuda para cobrar los que había matado en apenas unos minutos no se lo creían!

Al llegar a la cantera decidimos asomarnos a ver si hubiera algún pato en el agua y vimos que había alguna focha. Con la idea de que el perro de Jose intentase un cobro en el agua bajamos hasta la orilla y de pronto salieron un par de patos. El primero se fue de rositas pero el otro me entró precioso y de un certero disparo (con plomo 9) cayó al agua fulminado. Boga, se lanzó al agua a mis ánimos y lo cobró estupendamente.
(un precioso macho de porrón común, primero que cobro en mi vida)

Jose mató un par de fochas que se arrancaron de unos juncos al acercarnos con el perro y éste las cobró bastante bien para ser el primer cobro en agua.

(nota personal: el próximo día llevar un sacacorchos para poder abrir la botella, jejeje)

Un descanso merecido para coger fuerzas, dejar las piezas cobradas en el coche y reponer las bolsas de cartuchos antes del remate final.
Seguimos con unas últimas intentonas y Carletes se pudo resarcir con tres cobrados en una esquinita de lentiscos para redondear su cifra final.

Jose es el que estuvo más acertado con los zorzales. Carletes pese a ser el primer día en esta modalidad y llevar escopeta ajena, al final cogió el tranquillo abatiendo una docena (aunque cobrando la mitad!! jejeje), y yo encantado de haber podido disfrutar de otro día de campo con amigos haciendo km con el morral a la espalda, la escopeta en la mano y el perro delante!

Hasta la próxima!
A.U.L.C.

miércoles, 9 de enero de 2013

Feliz Año Nuevo

Feliz 2013!
Estrenamos año y se nos presentan nuevos retos. Con el nuevo año vuelven las ilusiones, las expectativas, y las ganas por poder disfrutar un año más de esta bendita afición que compartimos.

Quería aprovechar este post para agradeceros a los que leeis el blog de cuando en cuando vuestro apoyo. Tras el primer año en la palestra, aún con muchísimas cosas que mejorar, hemos alcanzado la cifra de las 10.000 visitas, cifra nada desdeñable para el escaso tiempo que (por desgracia) puedo dedicar a mantener al día el blog.

Espero que este año que acabamos de empezar sea fructífero en lo personal, en lo familiar, y también en lo cinegético y que podamos compartir con los amigos de muchas jornadas de campo para disfrutar de esta "sana droga" que es la caza!!



Gracias por vuestra fidelidad y Feliz 2013 a todos!!
A.U.L.C.