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lunes, 21 de enero de 2013

"Coliflores con bechamel" : El Revuelco.

No es una receta de cocina esta entrada que comienzo! El por qué he querido titular así este post tiene su explicación:
El pasado mes de Diciembre, volvía a casa de Jaime a disfrutar de otro día de montería en El Revuelco. El agradable plan de llegada se repetía una vez más. Esta vez nos dieron para cenar unas coliflores con bechamel riquísimas, y comenté a Jaime que ese mismo día había soñado con que mataba un navajero y comía coliflores con bechamel. Las risas y el cachondeito general fueron la comidilla de la tertulia de la cena, a lo que yo insistía que al día siguiente veríamos si tenía razón o no!

El desayuno siempre se me pasa volando esperando el sorteo, pero además esta vez estuve echando una mano así que aún se me pasó más rápido el tiempo hasta que estaba subido en el coche camino de los puestos.
(vista del puesto hacia la izquierda)

(vista hacia la derecha)
Fui de últimos en colocarme, y mientras sacaba el rifle de la funda ya se escuchaban los primeros disparos en la mancha.
Mi puesto, el 1 del Peralejo, estaba cerca de la suelta, que se producía a mi espalda. Jaime, que lo tenía "en frente" a unos cientos de metros, me había avisado que cubriese la retaguardia ya que el año pasado se había colado un cochino al que no le habían podido tirar.

El puesto es precioso, situado en un camino con un cortadero con pastos a la espalda y un gran gargantón delante con un testero al otro lado a unos 150 metros. Además el día no puede ser mejor, de esos que parecen elegidos.

No pasa mucho rato hasta que escucho llegar los camiones con los perros. Desde la suelta los perros ya están latiendo. No quito ojo del monte a mi espalda y los zorzales que asustados me pasan por la cabeza no hacen si no tensionarme más. Una ruidosa carrera entre el monte acelera mis pulsaciones. Rápidamente un cochino salta a la raya algo más lejos de lo que lo esperaba (a unos 80m) cruza justo por el final de carril donde hace viso, así que decido no tirarlo conteniéndome las ganas. Sé va a meter en el gargantón, así que de seguir la misma trayectoria es posible que lo pueda ver en el testero de enfrente. 
Me muevo unos metros hacia mi derecha y efectivamente ahí lo veo subiendo aventajando unas decenas de metros a los perros más rápidos. El primer tiro se lo suelto mientras se tapa entre las copas de las encinas. El segundo más de lo mismo, pero esta vez no veo qué ha pasado pues el monte no me deja ver más. No se qué ha pasado, así que recargo y espero unos segundos hasta que llegan los perros. En ese momento me da un vuelco el corazón al comprobar que se produce un agarre. Le he enganchado!! Cada vez hay más perros, y el quejido de uno de ellos hace que coja el puñal y me apresure a su encuentro. Es una pendiente muy pronunciada, tanto la bajada como la subida, me asombra con que facilidad y velocidad se mueven estos duros moradores!!

Con la lengua fuera y entrando al cochino desde la parte alta de la pendiente me acerco a el. A un par de metros los perros me ven y se apartan dejándome solo!! Coño!! el cochino se encampana y hace ademán de venirse a por mi, por suerte está pegado bien y lo más que consigue es ponerme atacado mientras termino con su sufrimiento. Le hago unas fotos y me vuelvo al puesto resoplando pero con una sonrisa de oreja a oreja!!

Llegamos al tiempo los perreros y yo al puesto, donde les comento el lance y que me ha parecido que un perro iba pinchado en un costado. Cojo aire, me siento en el banquillo y disfruto del momento, qué pasada de lance!! 
No me da tiempo ni de asimilarlo, los perros que ya cazan el laderón de en frente emprenden una segunda ladra hacia mi izquierda. 
¡¡¡AHÍ VA EL VENAOOO!!! El perrero jalea a sus punteros que me están metiendo en venao a tiro. Ayudado por la horquilla le meto en el visor y le suelto el pildorazo. Nada, El venao sigue apareciendo y desapareciendo entre las altas jaras en su desenfrenada huida. Con el segundo tiro el venao pega un aparatoso volteretazo viéndole las patas traseras por encima de las jaras en su caída. Madre mía, que tacazo!! Vaya dos lances en apenas 15 minutos!!

Los perros pronto se vuelven para atrás con el arranque de otra ladra arroyo abajo. 
¡¡¡DINAMIIIITAAA!!! Los perreros voceaban al final del barranco al inicio de una nueva ladra. 

El resto de la montería fue un chorreo de tiros que no cesaban, pero ya no escuchaba los perros, ni hubo movimiento por mi postura. Jaime me avisó de que esperase que tendrían que recogerse los perros y habría posibilidad de que se moviese algo, pero no volvieron por mi barranco, y esperé que llegasen a recogerme y de la que estábamos nos fuimos a traernos al cochinos al remolque. El guarro, que no pasaría de los 65kg, nos dio su guerra para subirlo. Mas tarde hicimos lo mismo con el venadete, al que por cierto no había podido ni ver. 


Fuimos a recoger las últimas reses antes de llegar a la casa, donde la gente ya esperaba en la junta tras haber disfrutado de un buen guiso al que los que llegábamos estábamos deseosos de rendirle cuentas!!

Cuando aparecimos en la casa con el navajero, entre los que habíamos cenado juntos la noche anterior volvía de nuevo el cachondeito a cuenta de las coliflores!! Si ya os lo decía yo!! jejeje

A la junta llegaron 33 cochinos (cinco navajeros), 6 ciervas y un venao...el de un servidor!! En general la montería se dio bien, tirando casi todos los puestos, lo que confirmaba lo que nos había contado Jaime acerca del buen estado en que estaba la mancha, y eso que se quedaron muchos cochinos en el monte, ya que los perros no daban a basto!! Así que habrá que volver a comprobar si fueron muchos o pocos los que burlaron a los perros!!!
(los colmillos del navajero del post recién sacados)
Hasta entonces!
A.U.L.C.

1 comentario:

  1. Buena crónica y enhorabuena por ese navajero. ¿Ésta finca se encuentra en Belvis de la Jara?

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