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martes, 10 de abril de 2012

Salidas pasadas por agua

La Semana Santa de este año se puede resumir este año en tres palabras:
agua, agua y más agua.


Lo cierto es que no me ha disgustado lo más mínimo ya que el campo estaba pidiendo a voces un trago con el que calmar la sequía de este invierno, y ha venido toda de golpe, como siempre en Semana Santa. Es una pena por las hermandades que ven cómo otro año se quedan sus pasos en los templos resguardados de la lluvia.
Yo no me puedo quejar, pues aunque me quedé con las ganas de ver salir a "El Dolor" pude disfrutar en el campo de un par de salidas más con el arco.
(los madrugones y la lluvia si es por el campo saben a gloria!!)
Os dejo algunas imágenes de esas salidas. En las que por cierto avisté (o sentí) más de 10 corzos, de los cuales casi puedo tirar a uno que de no ser por que me pasó trotando tras unas corzas a escasos 30m se hubiera ganado el primer tiro con el de poleas.

Con el suelo empapado (incluso embarrado) y con el tipo de vegetación que se aprecia en las fotos, conseguía ver los corzos una vez que me había "subido encima" de ellos (a menos de 10m), es por eso que normalmente al notar algo raro pegaban un par de saltos alejándose de mí. El animal que conseguí sorprender comiendo más alejado fue una corza a treinta pocos metros, que no tardó en clavarme sus ojillos negros, y que ni a modo de práctica conseguí abrir el arco.


Lo que he aprendido estas salidas con el arco en la mano ha sido mucho, incluso me está cambiando la manera de recechar a "modo indio" ya que voy analizando cada huella y me asomo a cada vuelta de mata como si un bicho me estuviera esperando.
Las perdices "de sierra" me han sorprendido por ser siempre las primeras en delatarme y me han servido de medidor para comprobar que al final iba cogiendo el ritmo adecuado llegando incluso a recechar hasta escasos metros a un macho que cantaba encelado en una abierta del monte.



No he sido capaz ni si quiera de abrir el arco a un morisco, pero la satisfacción de estar en contacto con el campo, aprendiendo en cada salida cosas nuevas, es una sensación que me ha cautivado. Este fin de semana, que si Dios quiere me podré escapar a por los corzos burgaleses, veré si con el rifle en las manos, la cosa vuelve a ser como siempre, o me tengo que llevar las flechas...

Hasta la siguiente!
A.U.L.C.

2 comentarios:

  1. Bonitas fotos Alfonso, así da gusto pisar el campo!!!

    Con ese matorral creo que da igual llevar arco que rifle, para poder ver a un morisco hay que estar muy cerquita, casi a tiro de piedra, digo de flecha...

    Saludos,
    Zalo Varas

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  2. Gracias Zalo!
    Como creo que andas por tierras sureñas, si te apetece venirte algún día a hacer fotos a los moriscos (a intentarlo más bien) ya sabes!

    Un cordial saludo,
    Alfonso Urbano López de Carrizosa

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