...El despertador me avisa de que si no espabilo no llegaré de noche. Mientras se calienta la leche en el microondas cargo los bártulos en el coche. A las 07:00 estoy rodando.
De camino voy dándole vueltas al lance de
ayer, -¿Cómo fallé ese cochino?- He decidido que hoy por lo tanto andaré sin la
vara de avellano. A ver si estreno en condiciones el 30-06 que le voy a comprar
a Jose.
Entre tanto son las 07:45 hace un frió de
cuidado y el Levante hace tiempo que no soplaba con tantas ganas. –Parece que
hoy no voy a ver un bicho hasta que me suba en lo alto-. El coche lo he dejado
donde arranca el camino del Membrillo, el que lleva a la “placita de toros” del
final del camino. Me he propuesto encontrar la verea que sube a las lajas del
Cambullón -en las que ya estuve con el jefe y con José cuando nos
enseñaba las zonas de la finca- sea como sea.
Con todo preparado, jersey puesto y morral
a la espalda, empiezo a cazar camino adelante. Entre el Levante y el camino de arena
hacen que no me escuche ni yo mismo al andar. Cuando llevo un rato caminando
veo delante de mí en una curva del camino un bicho andando. Me agacho y viendo
que el viento está bien aprovecho para acercarme al filo de la curva. Por si
las moscas ya el seguro está quitado cuando me asomo no veo la cabeza y no es
ni cierva ni corzo…-¡joder!- es una muflona. José nos había avisado que se estaban empezando a ver alguna hembra por la zona. Espero un poco para ver si va con
algún galán pero nada, así que sigo el camino y cuando paso a su altura pega un
taponazo para luego pararse a unos cuantos metros. Ha debido verme entre los
brezos porque es imposible que me haya oído. Pongo el seguro y sigo pensativo
–que raro, con lo apretado que está esta parte nunca habría dicho que hubiese
muflones por aquí-. Entre que sigo pedaleando escucho otro bicho que se mueve
por mi izquierda, me quedo petrificado viene trotando hacia mí.
Intento ver entre los troncos de los brezos que por su altura dejan ver algo
por debajo. No veo ni oigo nada más, tampoco le presto más atención
achacando el ruido a la muflona que acabo
de dejar atrás.
(camino del Membrillo)
-Trash, trash...
Ahora si que lo veo, a mi
izquierda y a unos 10m! El corazón se me sale por la boca cuando veo que es un
muflón macho. Me encaro el rifle, el bicho se va trotineando, no me ha visto
pero le ha debido revocar el aire. No se para. Lo voy a tirar trotando. ¡Está
al lado! Aprieto el gatillo y el tiro no salta. ¡El seguro! Lo quito, le voy a
perder de vista. Le pego un silbido y ¡eco!, se me queda mirando el tiempo
justo para soltarle un leñazo entre las ramas. -¡Pum! Cae al suelo y da dos
volteretas, ¡olé mis “guebs”! ¡Que me lo he cepillao! –La pierna izquierda no
la puedo ni apoyar en el suelo de lo que me tiembla-
La adrenalina a tope, el corazón
desbocado, la pierna que no para y el muflón…y el muflón que se levanta y me dice
¡que hasta luego! Se levanta, se sacude
y se va trotineando. El pánico me inunda cargo de nuevo el BRNO pero los
troncos de los brezos no me dejan tirarlo, demasiado apretado.
-Ya está, seguro que le he pegado un calentón de agujas y ahora se va como si nada.
La imaginación juega conmigo. Mil posibilidades se me pasan por la cabeza. Con cara de impotencia veo a través de lo apretado como parece que a los pocos metros se desploma de nuevo. Me acerco con la mira a 1,5 aumentos por si hay que rematar el tema. La cara me va cambiando según me voy acercando. Una sensación inexplicable me envuelve, lo tengo ya en mi mano, está seco, el tiro en el codillo, un poco bajo pero bien puesto. No entiendo como ha podido andar esos metros!, pero ¡ya está! Me acabo de hacer con mi primer muflón.
(foto con le muflón recién cobrado apenas sin luz)
Una vez que lo saco al camino me parece
más bonito que en un principio. No es muy grande pero para mi es “Capitán
General”
Tras hacerme alguna fotillo, y como aún es
muy temprano -serán sobre las 8:25- dejo el bicho a un lado del camino y retomo
el propósito con el que he empezado la mañana; encontrar la verea del
Cambullón. Cuando llego a la
abierta en donde fallé el cochino antes de ayer, arranca una laja hacia
arriba por mi derecha. Decido subir para ver a donde sale. Con el día ya más
que amortizado con el muflón, el rifle, aunque cargado, no parece que
vuelva a disparar hoy, pero por si las moscas…
La laja
tiene buena pinta, está muy tomada por las reses, muestra de ello son
las miles de cagarrutas que se aprecian en las grietas de la roca. Tengo la sensación de que voy a ver algún bicho de un momento a otro. Cada asomada la hago con la máxima cautela
en espera de encontrarme con la cabra de mi vida, pero nada. Sigo subiendo por
la laja. La piedra tiene unas rayas increíbles como arañazos en las partes de
abajo. ¡Son derrapes de las reses! Me cuesta creerlo pero es evidente que
tienen que ser lo que sospecho. La verdad es que la laja tiene toda la
pinta…por aquí o andan muflones o cabras porque otro bicho no sube…
Casi arriba del todo veo una res de culo.
La tengo cerquita, a no más de veinte metros. Si en el camino de arena no hacía
ruido ni que decir el que hago subiendo por la laja. Es una muflona, me quedo
un rato observándola mientras come tranquila. Decido acercarme un poco más.
Avanzo unos metros y de nuevo me paro. Cual es mi sorpresa cuando veo que va
acompañada por un macho medianito. Joder! de no ver un muflón en mi vida a
verlos como ciervas…pero ya he hecho el cupo hoy, y no es muy grande, un poco
más pequeño que el otro. Cambio la mira por la cámara de fotos y saco un par de
instantáneas, el machito me ha visto. Las fotos han tenido que salir chulas.
(...de no ver un muflón en mi vida a verlos como ciervas!)
Se
van despacito hacia arriba y yo con ellos sigo subiendo hasta lo más alto.
Parece que sigue una verea bastante clara así que la sigo a ver a donde sale.
(Impresionantes vistas desde la "Laja del Cambullón")
No me ha podido salir mejor la jugada, he
aparecido en las lajas del Cambullón, estoy muchísimo más arriba de lo que
pensaba. Ya me he orientado perfectamente. Pues le verdad es que lo que he
cazado no es muy largo y es muy bonito, quizás un poco complicadilla la subida
por la laja. Seguro que por aquí voy a volver y seguro que algún bichete
apañaremos.
A la vuelta, me hago un par de fotos más
con el muflón, lo apaño y para el coche. En el coche de vuelta a casa, me quedo
saboreando ya los recuerdos de la mañana de campo que acabo de echar.
Son las 11:20h mientras descargo las cosas
del coche ya estoy maquinando por que vereda tiraré el próximo día.
A.U.L.C.
Buen relato. No me perdono que hayas enlazado mi blog al tuyo antes que yo, ahora mismo lo hago.
ResponderEliminarEnhorabuena,
Jejeje! Gracias José María
ResponderEliminarUn saludo