Pero debido a recientes acontecimientos me veo en la "obligación" de sacar un rato para, sino poner al día, contar algunas de las últimas salidas que por sus condiciones se lo merecen...
El pasado viernes recibí varias llamadas de Jaime que no pude contestar, así que de camino a una cena que tenía con amigos, le devuelvo la llamada imaginándome por donde podrían ir los tiros.
Efectivamente, era para montar un plan de esos que suenan bien desde el principio: dar un gancho rápido a los cochinos entre amigos para estar en casa a la hora de comer. La cuestión es que en casa como ya he comentado tengo un pelotón de enanos, así que le comenté a Jaime que solo habría posibilidad de apuntarme si me llevaba a alguno a lo que me dijo que sin problemas.
Les comenté a los niños cuando se despertaron que se venían de caza con papá. Sus gritos y saltos de alegría no hacían más que acrecentar las ganas que yo tenía de llevármelos por primera vez de "montería". Y así nos plantamos en la cita a las diez de la mañana, hora a la que todos nos esperaban para empezar sin demora.
Panorámica del puesto. |
Al poco de colocarnos ya escuchamos algún tiro síntoma de que los cochinos se habían dejado ver.
El puesto de testero, lo recorría un regato y el tiradero se presumía agradable si es que cumplían a la postura.
Los morraleros empezaron portándose muy bien, quietecitos y en silencio, aspectos que se fueron perdiendo según pasaban los minutos y la bolsa de gominolas que había llevado como avituallamiento se agotaba. Para lo pequeños que son...¡Demasiado bien!
Dando cuenta de las provisiones |
Vista del corpachón del cochino desde el puesto. |
Instantes de felicidad, de calma, disfrutando de los enanos que estaban deseando acercarse a ver el berraco cuando un tiro de Tomás a nuestra izquierda me devuelve la tensión de la situación. Veo un trasluzón de un cochino enorme que se tapa entre las copas de las encinas y calma de nuevo.
Tomás se acerca a preguntarme si lo había visto, a la vuelta a su puesto se acerca a ver el cochino. Sus gestos y expresiones lo dicen todo, es un BICHARRACO!!
Jaime en su puesto ha visto un par de piaras pero no ha querido tirar porque había rayones.
Nada más a parte de una raposa a la que decido no tirar por seguridad pasa por nuestro puesto.
Jaime aparece por el viso y llegamos al cochino (que yo aún no había ido a ver) a la vez. Madre mía! ¡¡Qué cochinazo!!! El guarro de mi vida!!
Fotos y más fotos, y más fotos y más fotos... total son gratis!!! y un guarro así no se si volveré a cobrar en mi vida!!
Los niños alucinados, todos asombrados por el cochino (el más grande que se había matado allí) y yo que aún no me lo estaba creyendo... y eso que la decisión la había tomado la noche anterior y "con condiciones"!!!
Corpachón del macareno que pasaba de los 100kg |
Hace dos años escribía un relato con una jornada "calcada" que entonces llamé cuando las cosas están de que no... esta vez sin embargo la jornada salió demasiado bien!
Una vez más gracias a Jaime pudimos disfrutar de un día de campo que seguro que ni a mi, ni a los morraleros se nos va a olvidad en la vida!
Hasta la siguiente que prometo será en breve.
A.U.L.C.