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miércoles, 9 de diciembre de 2015

Demasiado bien

Mucho tiempo ha pasado desde la última entrada en el blog, y la razón (que no excusa) es que cada vez dispongo de menos tiempo para contar las salidas al campo. Entre otras cosas porque la familia sigue creciendo, a este ritmo me va a dar para montar una "rehala"!!
Pero debido a recientes acontecimientos me veo en la "obligación" de sacar un rato para, sino poner al día, contar algunas de las últimas salidas que por sus condiciones se lo merecen...

El pasado viernes recibí varias llamadas de Jaime que no pude contestar, así que de camino a una cena que tenía con amigos, le devuelvo la llamada imaginándome por donde podrían ir los tiros.
Efectivamente, era para montar un plan de esos que suenan bien desde el principio: dar un gancho rápido a los cochinos entre amigos para estar en casa a la hora de comer. La cuestión es que en casa como ya he comentado tengo un pelotón de enanos, así que le comenté a Jaime que solo habría posibilidad de apuntarme si me llevaba a alguno a lo que me dijo que sin problemas.

Les comenté a los niños cuando se despertaron que se venían de caza con papá. Sus gritos y saltos de alegría no hacían más que acrecentar las ganas que yo tenía de llevármelos por primera vez de "montería". Y así nos plantamos en la cita a las diez de la mañana, hora a la que todos nos esperaban para empezar sin demora.

Panorámica del puesto.
Jaime nos indicó a Tomás y a mí donde deberíamos colocarnos, y Tomás cedió a dejarme en la zona baja (junto al coche) por facilidad para los niños.
Al poco de colocarnos ya escuchamos algún tiro síntoma de que los cochinos se habían dejado ver.
El puesto de testero, lo recorría un regato y el tiradero se presumía agradable si es que cumplían a la postura.

Los morraleros empezaron portándose muy bien, quietecitos y en silencio, aspectos que se fueron perdiendo según pasaban los minutos y la bolsa de gominolas que había llevado como avituallamiento se agotaba. Para lo pequeños que son...¡Demasiado bien!

Dando cuenta de las provisiones
Pasado un rato me llama Jaime al móvil para decirme que esté atento por la zona de abajo pegado a los coches que ha visto escurrirse uno que hacía bulto. Los siguientes minutos estuve especialmente atento a esa  zona y el vuelo de un mirlo asustado llamó mi atención. Como un tractor con bailarinas bajaba por el cerrete al trote un cochinazo de aupa, el tiradero en aquel ángulo era cortísimo antes de que se me tapara, así que sin pensármelo mucho apunté y solté el primer recado. Al tiro el cochino perdió una mano y por fortuna cambió de dirección metiéndose de lleno en el testero que yo dominaba. Un segundo tiro precipitado por los nervios se lo llevó la copa de una encina. El cochino se me metía encima al tiempo que metía dos nuevas balas en el expréss. Volvía a ver el cochino a través del visor y ya a "capón" le pegué el tiro definitivo que hizo que el tremendo corpachón tomase tierra delante nuestra (a unos 60m) con los niños jaleando a voz en grito ¡que se va! ¡que se va!

Vista del corpachón del cochino desde el puesto.
Los niños emocionados porque han visto el lance perfectamente, yo tiritando de los nervios porque acabo de apiolarme un cochino "mezcla con becerro" y Jaime llamándome de nuevo que tras escuchar varios tiros se estaba imaginando lo peor.

Instantes de felicidad, de calma, disfrutando de los enanos que estaban deseando acercarse a ver el berraco cuando un tiro de Tomás a nuestra izquierda me devuelve la tensión de la situación. Veo un trasluzón de un cochino enorme que se tapa entre las copas de las encinas y calma de nuevo.
Tomás se acerca a preguntarme si lo había visto, a la vuelta a su puesto se acerca a ver el cochino. Sus gestos y expresiones lo dicen todo, es un BICHARRACO!!


Jaime en su puesto ha visto un par de piaras pero no ha querido tirar porque había rayones.
Nada más a parte de una raposa a la que decido no tirar por seguridad pasa por nuestro puesto.
Jaime aparece por el viso y llegamos al cochino (que yo aún no había ido a ver) a la vez. Madre mía! ¡¡Qué cochinazo!!! El guarro de mi vida!!


Fotos y más fotos, y más fotos y más fotos... total son gratis!!! y un guarro así no se si volveré a cobrar en mi vida!!



Los niños alucinados, todos asombrados por el cochino (el más grande que se había matado allí) y yo que aún no me lo estaba creyendo... y eso que la decisión la había tomado la noche anterior y "con condiciones"!!!
Corpachón del macareno que pasaba de los 100kg
Al final el guarro que tiró Tomás no daba sangre ni había rastro y el único cochino que cobramos fue el de un servidor, y con mucha pena (porque D. Tomás tenía que irse) no nos pudimos hacer una foto de "familia" en la que no podía haber faltado COPITO, un auténtico fuera de serie, y con quien me hubiera hecho mucha ilusión hacerme una foto, pues es el perro que sin duda conoce mejor aquellos barrancos y aquellas camas, que aunque no está ya el artista para trotes, a buen seguro que hubiese disfrutado pegando cuatro mordiscos a las orejas de semejante berraco.

Hace dos años escribía un relato con una jornada "calcada" que entonces llamé cuando las cosas están de que no... esta vez sin embargo la jornada salió demasiado bien!


Una vez más gracias a Jaime pudimos disfrutar de un día de campo que seguro que ni a mi, ni a los morraleros se nos va a olvidad en la vida!

Hasta la siguiente que prometo será en breve.
A.U.L.C.